Seguramente preferirías vivir sin la ansiedad que supone ir postergando las cosas y no acabar de realizarlas, acumulando cosas por hacer y ansiedad. Decidir hacer en el futuro algo que podrías hacer ahora, es un muy aceptable sustituto al hecho de hacerlo realmente y así te permites engañarte a ti mismo no enfrentándote al hecho de que en realidad no estás haciendo aquello que te propusiste.
A veces postergamos las cosas porque esperamos que se acaben resolviendo solas, con frases como “espero que…”, “deseo que…”, “quizá…”, pero no, muchas veces las cosas no se resuelven solas, aumentando la ansiedad y habiendo crecido aún más el problema en algunas ocasiones.
También postergamos muchas veces por el miedo a hacerlo mal o por que quizá no me gustará hacerlo. Es más fácil posponer las cosas que enfrentarse a ellas. También, dejarlo para último momento y hacerlo sin tiempo, nos permite excusarnos de que no lo hemos hecho todo lo bien que podríamos porque no he tenido tiempo suficiente.